viernes, 22 de noviembre de 2013

Higiene y Alimentacion

Higiene personal




Los hábitos de higiene personal son un conjunto de prácticas orientadas a conservar las condiciones de aseo que favorecen la salud de las personas. Estos hábitos son:

• Mantener las manos siempre limpias, lavándolas con agua y jabón.

• Bañarse diariamente con agua y jabón.

• Cepillarse los dientes con cepillo y pasta dental, después de cada comida y antes

de dormir. Es recomendable usar también hilo dental para limpiarlos con mayor profundidad.

• Lavarse la cabeza frecuentemente para mantener el cabello limpio y evitar los piojos.

• Cuidar la higiene de los pies, mantener las uñas cortas y limpias, secar bien entre los dedos y usar medias limpias.

• Cuidar la apariencia personal, usar ropa limpia, cambiarse diariamente la ropa interior y mantener el cabello peinado.

Las manos son una de las principales fuentes de contaminación. A través de ellas se pueden introducir al cuerpo microorganismos dañinos y también pueden facilitar el contagio de enfermedades infecciosas entre las personas. Por ello, es esencial el buen lavado de las manos como una de las medidas más efectivas de prevención de estas enfermedades.

Las manos se deben lavar frecuentemente y secarlas con una toalla limpia, sobre todo:

• Después de tocar objetos sucios o contaminados, por ejemplo el dinero.

• Antes de comer, preparar o servir los alimentos.

• Después de usar el baño; limpiar la casa; jugar; tocar basura; viajar en ómnibus.

• Antes de dar de comer a los niños y a personas enfermas; además, asegurarse de que ellos también se laven las manos.

Un elemento esencial para la higiene es el agua y por esa razón hay que asegurarse que sea potable. Esto significa que esté libre de microorganismos dañinos que puedan afectar nuestra salud. El agua contaminada o sucia es una de las mayores fuentes de enfermedades infecciosas, especialmente la diarrea. Es fundamental que el agua que se utiliza en el lavado y elaboración de alimentos, así como en la higiene personal y de la casa, sea potable.

Piojos en la escuela



Un problema muy frecuente que afecta a los niños en la escuela, son los piojos. Éstos son insectos,parásitos, sin alas, que viven entre los pelos de las personas y se alimentan de pequeñas cantidades de sangre extraídas del cuerpo. La picazón es el síntoma más común de la presencia de piojos, razón por la cual, las personas que tienen piojos se rascan la cabeza constantemente. Es suficiente que un niño de la escuela tenga piojos, para que se contagien todos los demás, si no se toman las medidas preventivas correspondientes. Aunque son muy pequeños, los piojos y las liendres pueden verse a simple vista. Cuando existe evidencia de que hay piojos en el aula, se debe recomendar las siguientes medidas higiénicas para prevenir el contagio:

Pedir a los padres la revisión de la cabeza de sus hijos, sobre todo detrás de las orejas, en la nuca y en el flequillo, que son los lugares donde se ubican habitualmente.

• Indicar a los niños que:
 - se laven con frecuencia la cabeza (dos o tres veces por semana);
 - se peinen diariamente el cabello;
 - limpien su peine o cepillo a menudo; 
 - no presten sus elementos de limpieza.

Para eliminar los piojos se debe:
• Lavar la cabeza con frecuencia utilizando champús, cremas y lociones piojicidas. 
• Eliminar los piojos de la cabeza manualmente.
• Pasar un peine fino para sacar piojos y liendres que pudieron quedar.
• Lavar y revisar el cabello con frecuencia, a fin asegurar que se han eliminado los 
piojos.
• Cortar el cabello cuando no se logre controlar la infestación de piojos, con las medidas antes indicadas. 
También se pueden emplear alternativas naturales para ayudar al control de piojos, utilizando: 
 
• Infusión de ruda o paraíso (bien tibia).
• Infusión de romero.
• Iolución de vinagre y agua en partes iguales.
• Solución de ruda triturada con alcohol.

Aplicar una de estas preparaciones sobre la cabeza lavada y cubrir con una toalla o paño limpio. Dejar actuar por 1 hora, peinar con un peine de dientes finos y luego enjuagar con agua tibia. 


Prácticas de higiene para la prevención de enfermedades



Las malas prácticas de higiene favorecen la propagación de microorganismos y las enfermedades relacionadas a ellas, por eso es muy importante incorporar hábitos de higiene personal, de la casa y de los alimentos, para favorecer la salud de las personas. Los microorganismos son muy pequeños, siendo algunos invisibles a la vista humana y se encuentran en todas partes. Ellos viven en el suelo, sobre todas las superficies, sobre la piel y también en el tracto intestinal de personas y animales. Existen diferentes tipos de microorganismos. Algunos de ellos son buenos o beneficiosos para el cuerpo y ayudan a mantener una buena salud. Otros son malos o dañinos y pueden provocar enfermedades. Los microorganismos dañinos pueden causar enfermedades si los ingerimos en las comidas, en el agua que tomamos, o si entran a nuestro cuerpo por otra vía. Algunas enfermedades infecciosas más frecuentes, causadas por los microorganismos son: el cólera, la diarrea, la influenza, la tuberculosis y enfermedades de la piel, como la sarna.

Alimentar la mente para estar bien y vivir sanos

Necesidades alimentarias según la etapa del ciclo de vida

En una familia, las necesidades alimentarias de cada uno de sus integrantes son diferentes, de acuerdo a su etapa del ciclo de vida. Esto depende de su edad, sexo, actividad física, estado de salud y estado fisiológico, como el embarazo o lactancia en el caso de las mujeres.

A continuación se describen las necesidades alimentarias específicas de estas diferentes etapas:

Bebés (0 a 6 meses)



Los bebés hasta los seis meses deben alimentarse exclusivamente con leche materna. Ellos no necesitan ningún otro alimento o líquido, ya que durante este período es el único alimento capaz de satisfacer todas sus necesidades de nutrientes y de agua, aportando la cantidad de líquido necesario, aún en climas cálidos y asegurando la calidad higiénica de su alimentación. La leche materna ayuda a la protección del bebé contra enfermedades y reduce las posibilidades de diarrea u otras infecciones.

Niños pequeños (6 meses a 2 años)


A partir de los 6 meses de edad, además de la leche materna, los bebés deben comenzar a comer gradualmente otros alimentos, por ejemplo verduras como papa, zapallo y zanahoria en forma de puré y algunas frutas, porque su organismo ya está preparado para aprovecharlos, favoreciendo así su crecimiento y desarrollo. Aún cuando el bebé aumenta su alimentación complementaria, es importante que continúe con la lactancia materna, al menos hasta el primer año de edad y aún mejor hasta los 2 años. 

Niños (3 a 10 años)




En esta etapa, los niños se encuentran en un período de rápido crecimiento. Por tanto, necesitan consumir alimentos con alta concentración de nutrientes, lo cual se logra con la combinación diaria de alimentos de los 7 grupos de la Olla nutricional. Para este grupo de edad es especialmente importante el consumo de calcio, nutriente necesario para el crecimiento y para la formación de huesos y dientes.En particular, en esta etapa del ciclo de vida es importante que el consumo de alimentos de los grupos: leche y derivados; carnes, legumbres secas y huevos; frutas y verduras sea en cantidad suficiente para satisfacer sus necesidades nutricionales.

Los alimentos deben ser distribuidos en las 5 comidas diarias, de acuerdo a las porciones recomendadas y en horarios bien establecidos, para cubrir sus altos requerimientos de nutrientes y energía. Esto se debe a que los niños de esta edad no pueden, ni deben consumir grandes cantidades de una sola vez porque su estómago es pequeño respecto a la cantidad diaria de alimentos que necesitan para crecer y estar sanos.

 Como ejemplo de distribución de las comidas se recomienda:

• Desayuno: al iniciar el día es importante comer para tener energía, para caminar hasta la escuela, estudiar y jugar. Un buen desayuno debe tener leche o yogur, pan o galletas o mandioca o chipa y frutas frescas o jugo.

• Media mañana: es recomendable comer fruta y/o yogur; pan con queso; semillas como maní, sésamo o coco; o un huevo duro.

• Almuerzo: es bueno comer una variedad de alimentos combinando los grupos de la Olla nutricional, especialmente verduras, carnes (en lo posible sin grasa) legumbres, cereales y tubérculos, entre otros.

• Merienda: a media tarde es bueno comer una fruta; un vaso de leche; una taza de café con leche o de cocido con leche; un yogur; pan con queso; o semillas como maní, sésamo o coco. 

• Cena: es saludable que las comidas se preparen con una variedad de alimentos, tales como: verduras, carnes, legumbres o huevos, cereales o tubérculos y frutas.

Para evitar comer en exceso es recomendable no consumir otros alimentos entre estas cinco comidas.

Adolescentes (11 a 18 años)


Los adolescentes tienen grandes necesidades energéticas y es normal que tengan buen apetito y coman mucho, ya que durante esta etapa aumentan de peso hasta llegar al que tendrán en la edad adulta. 
En el caso de los adolescentes varones y mujeres, las necesidades de alimentos son igualmente importantes en calidad pero varían en cantidad, de acuerdo a la actividad física que realizan. Este es un período de cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física. Por tanto, es necesario considerar cuánto el adolescente se mueve y cuánto come, para asegurar un peso saludable. 

En las adolescentes, las necesidades de hierro se duplican ya que comienzan a menstruar. Posteriormente y hasta la menopausia, las adolescentes y mujeres requieren mucho más hierro que los adolescentes y los hombres. Si una adolescente queda embarazada sus necesidades nutricionales aumentan aún más. Para satisfacerlas, es necesario que consuma una mayor cantidad de alimentos en cada comida, o que coma más veces durante el día, debiendo seleccionar aquellos alimentos más ricos en nutrientes (leche, yogur, queso, carnes sin grasa, frutas, verduras, legumbres y cereales). En una adolescente, la combinación de embarazo y crecimiento aumenta las necesidades de hierro a niveles tan altos, que aunque coma bien, siempre requiere suplementos de vitaminas y minerales.

Mujeres embarazadas o amamantando






La alimentación de las mujeres embarazadas y de las que amamantan, también son prioritarias debido a que se encuentran en un período de alta demanda de nutrientes para cubrir las necesidades del niño que están gestando o amamantando. 

Las mujeres bien nutridas tienen mayores posibilidades de dar a luz hijos sanos y de peso normal. Por tanto, es importante que mantengan una alimentación variada y equilibrada, que incluya diariamente alimentos de los 7 grupos, en especial, verduras (sobre todo las de color verde y amarillo); frutas; leche y derivados; carnes, legumbres secas y huevos. También deben asegurarse que la sal sea yodada.Además, es fundamental que durante el embarazo realicen el control prenatal en un centro de salud.

Adultos

Aunque ya no están en etapa de crecimiento, los adultos también deben consumir alimentos de los 7 grupos todos los días, porque necesitan una buena alimentación para mantenerse sanos y tener energía para realizar sus actividades diarias.Como los demás adultos, los adultos mayores requieren de una alimentación adecuada que provea todas sus necesidades nutricionales. En algunos casos necesitan comer menos, si son poco activos físicamente.Personas enfermasCuando las personas están enfermas, se incrementa la necesidad de comer bien para recuperar la salud. Esto ayuda a combatir las infecciones y a restablecer los nutrientes y 
líquidos que se eliminan cuando una persona tiene diarrea, fiebre, y/o vómitos. Los niños y adultos que están enfermos deben comer alimentos y beber líquidos, aunque tengan poco apetito o no sientan ganas de comer. Se les debe ofrecer pequeñas cantidades de alimentos y líquidos variados en forma frecuente. Las personas que se están recuperando de una enfermedad, también necesitan comer bien, en cantidad suficiente para recuperar su peso adecuado y con buena calidad nutricional, para reparar las pérdidas de vitaminas y minerales.